Romanius regresa dispuesto a arrasar con la Antigüedad
Todo lo que podías esperar de una secuela en condiciones está aquí. La mecánica no cambia, sigues manejando al hoplita Romanius en un desplazamiento horizontal plagado de ejércitos. Sigues incluso armado con una pica y un escudo. Pero no es lo mismo.
Para empezar, dispones de dos golpes nuevos, uno de ellos imprescindible que consiste en alargar la pica. Además, te encontrarás con enemigos más variados y escenarios totalmente nuevos.
Los que repiten son los dos modos de juego, el Historia y el Batalla. Pero al modo Batalla le han salido nada menos que siete variables, una de ellas de nivel imposible. Detalles gráficos de nuevo cuño también te alegrarán la experiencia. Entre ellos, el más destacado es el propio diseño del personaje y el rastro de sangre que dejan tus víctimas.
Sin duda, una continuación que ha conseguido mantener los aciertos del original: la ambientación, la facilidad de uso y el ajustado nivel de dificultad y que, además, ha apostado por ampliar la variedad para que no te aburras nunca de jugar.